“Hay una vida, llena de movimientos, a veces en expansión, otras en la quietud, que vuelve, por momentos, al origen espacial, sensiente, agradece el presente, de habitar, en plena libertad, que una mujer, la matriz, permitió, a un ser, volver, a un pulso, sino el pulso, del espacio, de la nada, en medio de una danza, un trance, un flujo, energía, habitando los vapores, de los primeros encuentros, entre el agua y el magma, en una tierra, asteroide, recorriendo, la modulación de los astros, todos, y nada….Gracias por el viaje, mujer sideral”. ( Ian asiste en proceso de separación y reconexión con su cuerpo y sexualidad)